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Los minerales críticos en el 2023

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Para hacer frente al cambio climático y sus efectos adversos, varias naciones han establecido políticas y programas destinados a reducir la emisión de gases de efecto invernadero, por ejemplo el Acuerdo de París, firmado por 193 países y la Unión Europea, tendiente a limitar el aumento de la temperatura global a 2° en este siglo y lograr cero emisiones netas.

Una iniciativa como esta, la más relevante de su tipo, es relativamente nueva, pues apenas entró en vigor en el 2016. Pero la agenda que han adoptado las naciones promete ser duradera, se trata de descarbonizar el mundo, y la mejor alternativa es dejar atrás los combustibles fósiles y abrazar las energías limpias.

Aquí es donde entran en juego nuevos protagonistas: los minerales críticos, llamados así porque tienen un rol fundamental en la transición energética, y en muchos casos su abasto no está asegurado, lo que los vuelve “critical”, palabra que puede significar tanto importancia como crisis en inglés. No se trata pues, de su empleo en la industria, joyería o finanzas, como en el caso de los metales base o los metales preciosos, sino de las aplicaciones que puedan tener en la carrera por consolidar un futuro más limpio, y también de las acciones que se deben llevar a cabo para no sufrir un déficit de dichos materiales.

La lista de minerales críticos del Departamento de Energía de Estados Unidos en el 2011 contenía 11 elementos; mientras que una lista oficial del 2022 de dicho país, realizada por su Servicio Geológico, incluía los siguientes 50 minerales, con sus respectivos usos:

  • Aluminio, utilizado en casi todos los sectores de la economía.
  • Antimonio, utilizado en baterías de plomo-ácido y retardantes de llama.
  • Arsénico, utilizado en semiconductores.
  • Barita, utilizada en la producción de hidrocarburos.
  • Berilio, utilizado como agente de aleación en la industria aeroespacial y de defensa.
  • Bismuto, utilizado en investigaciones médicas y atómicas.
  • Cerio, utilizado en convertidores catalíticos, cerámica, vidrio, metalurgia y compuestos de pulido.
  • Cesio, utilizado en investigación y desarrollo.
  • Cromo, utilizado principalmente en acero inoxidable y otras aleaciones.
  • Cobalto, utilizado en baterías recargables y superaleaciones.
  • Disprosio, utilizado en imanes permanentes, dispositivos de almacenamiento de datos y láseres.
  • Erbio, utilizado en fibra óptica, amplificadores ópticos, láseres y colorantes de vidrio.
  • Europio, utilizado en fósforos y barras de control nuclear.
  • Espato flúor, utilizado en la fabricación de aluminio, cemento, acero, gasolina y productos químicos con flúor.
  • Gadolinio, utilizado en imágenes médicas, imanes permanentes y fabricación de acero.
  • Galio, utilizado para circuitos integrados y dispositivos ópticos como LED.
  • Germanio, utilizado para aplicaciones de fibra óptica y visión nocturna.
  • Grafito, utilizado para lubricantes, baterías y pilas de combustible.
  • Hafnio, utilizado para barras de control nuclear, aleaciones y cerámicas de alta temperatura.
  • Holmio, utilizado en imanes permanentes, barras de control nuclear y láseres.
  • Indio, utilizado en pantallas de cristal líquido.
  • Iridio, utilizado como recubrimiento de ánodos para procesos electroquímicos y como catalizador químico.
  • Lantano, utilizado para producir catalizadores, cerámica, vidrio, compuestos de pulido, metalurgia y baterías.
  • Litio, utilizado para baterías recargables.
  • Lutecio, utilizado en centelleadores para imágenes médicas, electrónica y algunas terapias contra el cáncer.
  • Magnesio, utilizado como aleación y para reducir metales.
  • Manganeso, utilizado en la fabricación de acero y baterías.
  • Neodimio, utilizado en imanes permanentes, catalizadores de caucho y láseres médicos e industriales.
  • Níquel, utilizado para fabricar acero inoxidable, superaleaciones y baterías recargables.
  • Niobio, utilizado principalmente en acero y superaleaciones.
  • Paladio, utilizado en convertidores catalíticos y como agente catalizador.
  • Platino, utilizado en convertidores catalíticos.
  • Praseodimio, utilizado en imanes permanentes, baterías, aleaciones aeroespaciales, cerámicas y colorantes.
  • Rodio, utilizado en convertidores catalíticos, componentes eléctricos y como catalizador.
  • Rubidio, utilizado para la investigación y el desarrollo en electrónica.
  • Rutenio, utilizado como catalizadores, así como contactos eléctricos y resistencias de chip en computadoras.
  • Samario, utilizado en imanes permanentes, como absorbente en reactores nucleares y en tratamientos contra el cáncer.
  • Escandio, utilizado para aleaciones, cerámicas y pilas de combustible.
  • Tantalio, utilizado en componentes electrónicos, principalmente condensadores y súper-aleaciones.
  • Telurio, utilizado en células solares, dispositivos termoeléctricos y como aditivo de aleación.
  • Terbio, utilizado en imanes permanentes, fibra óptica, láseres y dispositivos de estado sólido.
  • Tulio, utilizado en diversas aleaciones metálicas y en láseres.
  • Estaño, utilizado como revestimientos protectores y aleaciones para acero.
  • Titanio, utilizado como pigmento blanco o aleaciones metálicas.
  • Tungsteno, utilizado principalmente para fabricar metales resistentes al desgaste.
  • Vanadio, utilizado principalmente como agente de aleación para hierro y acero.
  • Iterbio, utilizado para catalizadores, centelleómetros, láseres y metalurgia.
  • Itrio, utilizado para cerámica, catalizadores, láseres, metalurgia y fósforos.
  • Zinc, utilizado principalmente en metalurgia para producir acero galvanizado.
  • Circonio, utilizado en cerámicas de alta temperatura y aleaciones resistentes a la corrosión.

Este año, en cuanto a materiales críticos empleados en la energía, nuestro país vecino del norte declara una nómina de 18 elementos: Aluminio, cobalto, cobre, disprosio, acero eléctrico, flúor, galio, iridio, litio, magnesio, grafito, neodimio, níquel, platino, praseodimio, silicio, carburo de silicio y terbio.

Con la meta global de cero emisiones para el 2050, se estima que se ha de duplicar la demanda de minerales empleados en energías limpias para el 2040. Esto implica nuevas oportunidades para la industria, pero también cuellos de botella, planes de nacionalización y riesgos geopolíticos.

Un ejemplo de lo anterior lo tenemos en México, cuando para participar de la bonanza del litio, el Gobierno Federal cambió el marco jurídico para ser el único ente facultado para explorar, desarrollar, producir y comercializar el metal, sin que a la fecha haya logrado producir el llamado “oro blanco”. Esto se debe principalmente a la falta de expertise y financiamiento, y resulta más preocupante aún que en las reformas del 2022 haya quedado una ventana abierta, donde se establece que el estado podría hacer con “minerales estratégicos” lo mismo que hizo con el litio, aunque jamás se mencionó a qué minerales se refería la nueva ley.

Por lo pronto se augura un buen futuro para los productores de minerales críticos. Sólo en el 2022 aumentaron un 60% las ventas de vehículos eléctricos, superando los 10 millones de unidades. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), del 2017 al 2022, el sector energético fue el factor principal detrás de que se triplicara la demanda general de litio, un aumento del 70% en la demanda de cobalto y un aumento del 40% en la demanda de níquel. También el año pasado la participación de aplicaciones de energía limpia en la demanda total alcanzó el 56% para el litio, el 40% para el cobalto y el 16% para el níquel, frente al 30%, 17% y 6%, respectivamente, de hace cinco años.

Declara la Agencia que impulsado por el aumento de la demanda y los altos precios, el tamaño del mercado de minerales clave para la transición energética se duplicó en los últimos cinco años, alcanzando los 320 mil millones de dólares en 2022, cifra muy similar al tamaño del mercado del mineral de hierro.

“Este rápido crecimiento contrasta con el modesto crecimiento de materiales a granel como el zinc y el plomo. Como resultado, los minerales de transición energética, que solían ser un pequeño segmento del mercado, ahora están pasando al centro del escenario en la industria de la minería y los metales. Esto brinda nuevas oportunidades de ingresos para la industria, crea empleos para la sociedad y, en algunos casos, ayuda a diversificar las economías que dependen del carbón”, sostiene la AIE.

Fuente: Mundo Minero