Este ha sido un año inmejorable para el oro, donde sólo ha sido superado por sí mismo. El martes 30 de octubre, la onza rondaba los US$2,788, un precio nunca antes alcanzando, de cara a las elecciones en Estados Unidos.
La incertidumbre sobre quién ocupará la silla presidencial con base en los resultados del próximo 5 de noviembre, Harris o Trump, es el principal impulsor del metal amarillo, aunque también tienen un gran peso el conflicto de Oriente Medio y las políticas monetarias de los bancos centrales.
Fue así que la mañana del martes el oro subía medio punto porcentual, continuando con su nuevo deporte del 2024: Batir su propio récord en cuanto a precio.
Mientras la turbulencia geopolítica continúe, y el empate virtual en las elecciones estadounidenses persista, el valor del oro como activo refugio seguirá reluciendo.
Fuente: Mundo Minero