En el mundo de la ingeniería, el desarrollo minero puede ser tanto un arte como una ciencia. Existen miles de posibles combinaciones de diseño, y el objetivo es identificar la solución óptima adaptada a las características específicas del proyecto.
Las decisiones aparentemente menores pueden tener un gran impacto en los costos capitales, de mantenimiento, la huella medioambiental y la viabilidad a largo plazo. Por eso, cada proyecto minero debe abordarse de forma integral, con una comprensión clara de su contexto económico, técnico, medioambiental y social. Los diseños estandarizados rara vez ofrecen el máximo valor.
Un ejemplo claro: el proyecto Santo Tomás
Ausenco se ha asociado recientemente con Oroco Resource Corp., una empresa de exploración minera con sede en Vancouver, para reevaluar el proyecto de cobre Santo Tomás, situado en la frontera entre Sinaloa y Chihuahua, en México. El CEO de Oroco, Richard Lock, señaló: “Cuando completamos la PEA inicial en diciembre de 2023, quedó claro que había un valor adicional por descubrir en Santo Tomás”, lo que sugiere un potencial aún no desarrollado, una opinión respaldada por el PEA de Ausenco.
Santo Tomás alberga un yacimiento de cobre porfídico con sulfuros de cobre y molibdeno, además de notables subproductos de oro y plata. Como parte del cinturón Laramide, el yacimiento es muy prometedor. Aunque el emplazamiento presenta ciertos retos debido a sus formaciones geológicas y a su proximidad a un río, estos se abordan de manera eficaz mediante la aplicación de normas de diseño reconocidas a nivel mundial, lo que da como resultado, diseños con un alto factor de seguridad que protegen el entorno circundante. Se espera que el proyecto produzca un promedio de 292 millones de libras de cobre al año durante sus primeros cinco años.
Una segunda mirada
Ausenco volvió a examinar el diseño del proyecto. Se desarrolló un nuevo plan minero y se optimizó la eficiencia operativa mediante la ubicación estratégica de la trituradora primaria en el tajo. Se redujeron los costos iniciales de capital y operativos al recomendar un suministro de energía con bajas emisiones de carbono y reubicar el suministro de agua para uso multifuncional. El equipo también evaluó los impactos de los permisos y las regulaciones locales. El PEA revisado posiciona a Santo Tomás como un proyecto de cobre a gran escala, de bajo costo y eficiente en términos de capital.
Valor minero a largo plazo
El PEA revisado mostró cómo los cambios específicos podrían mejorar significativamente el rendimiento del proyecto:
• El VPN aumentó de 1,200 millones de dólares estadounidenses a 1,500 millones
• El capital inicial se redujo de 1,300 millones de dólares estadounidenses a 1,100 millones
• La TIR mejoró un 5 %, hasta alcanzar el 22,2 %, y
• La vida útil de la mina se extendió 2.5 años.
“Hemos establecido un plan que prevé un uso muy eficiente del capital y establece una rápida recuperación de la inversión después de impuestos en 3.8 años” añadió Richard Lock. “El nuevo plan comienza con el uso de equipos más pequeños para proporcionar un acceso rápido al material mineralizado y mantiene un perfil de alimentación de mayor ley para retrasar la necesidad de una ampliación hasta el año 8. Solo eso permitió generar un aumento considerable en el valor”.
Generando valor
La planificación y el diseño de un proyecto minero es en parte ciencia y en parte arte. Los desarrollos mineros más exitosos son aquellos que adoptan una visión holística de su proyecto desde el principio, aprovechando un equipo multifuncional con la experiencia adecuada para comprender verdaderamente el contexto y las oportunidades únicas de cada proyecto.
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