Hoy despedimos a un amigo, a un padre de familia ejemplar, admirado por sus cuatro hijas y sus cuatro nietos y su esposa Margarita. Despedimos a un hombre bueno, noble, altruista y auténtico guerrero cuando se trataba de defender a la minería. Descanse en paz.
Luis Palafox Torres destacó en el liderazgo de muchas causas, principalmente estando al frente del Distrito Sonora de la AIMMGM y de la AMSAC, organismos en los que deja una profunda huella y muy gratos recuerdos.
Pero su liderazgo no se limitaba a los aspectos técnico-legales de la minería, sino que también era un auténtico líder en su colonia; en las asociaciones de padres de familia de las escuelas de sus hijas; en la Sociedad Sonorense de Historia; como integrante del Comité Ciudadano para la Evaluación del Desempeño Legislativo; en la Comisión y en el Consejo para la Promoción Económica del Estado; y del Consejo Estatal de Minería.
Palafox, como todos le llamábamos, también fue integrante del Fideicomiso de Apoyo al Programa de Exploración Minera; del Comité de Atención a Contingencias con Materiales Peligrosos; de la Mesa de Capacitación para el Desarrollo Sustentable y Comunicación Educativa; del Consejo Técnico Asesor de la Reserva Nacional y Refugio de Fauna Silvestre “Ajos-Bavispe”; del Consejo Técnico Asesor del Área de Protección de Flora y Fauna “Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui”; y del Consejo Coordinador Empresarial, entre otros.
Aunque su lugar de nacimiento fue en el Distrito Federal el 28 de enero de 1953, él vivió desde muy pequeño en el puerto de Guaymas y siempre se consideró sonorense. Llegó a Hermosillo a estudiar la carrera de Ingeniero Minero y dada su pasión por las Ciencias de la Tierra estudió también la carrera de Geólogo, todo esto en la Universidad de Sonora, que siempre consideró su segunda casa, su alma máter donde también participó en el Consejo Universitario y en el Consejo Académico. Algunos lo llamaban Maestro Palafox, quienes tuvieron la fortuna de tenerlo frente al pizarrón impartiéndoles la clase de Legislación Minera.
Pero definitivamente el gran éxito profesional durante 44 años de su vida profesional, fueron los trabajos de carácter legal minero, como: realización de auditorías externas sobre concesiones mineras y el cumplimiento de sus obligaciones; peritajes sobre litigios legales mineros; investigación sobre estatus y diagnósticos de lotes mineros; y el cumplimiento óptimo de obligaciones legales de concesiones mineras.
Últimamente en el gremio minero nos hemos visto en la penosa tarea de despedir a otros grandes amigos, por cierto muy amigos de Luis. Todos ellos dejan en un estado de shock a familiares y amigos, de lamentos e inclusive en ocasiones de depresión.
Todos dejan un legado que muchos abrazan de inmediato como tratando de revivir al ser querido que se va. El legado de este hombre corpulento, pelo blanco, barbado y de tenis, con una maleta cargada de ideales y de buenos propósitos, es muy amplio y diverso, el que deja un auténtico líder, versátil y sobre todo altruista.
En una situación muy difícil nos deja a toda la comunidad minera. Será una tarea de gran dificultad el llenar sus zapatos o dicho de manera más específica, llenar sus inseparables tenis blancos.
Adiós al amigo, al líder, al promotor y defensor de la minería.
Todo mi respeto y solidaridad para sus hijas Miriam, Luisa, Pavel y Mabel, y a su compañera de vida, su inseparable Margarita.
Por Ing. Alberto López Santoyo