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Litio y competitividad minera

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Por. Ing. Alberto López Santoyo, Director de Mundo Minero

Recientemente el senador por Morena, Alejandro Armenta, presentó una iniciativa para nacionalizar el litio, argumentando que se trata de un mineral estratégico para el futuro energético del país, manifestando su preocupación de que la explotación e industrialización de este metal recaiga en manos extranjeras, que lo sacan de México “como si fuera arena”.

Es preocupante para el sector que voces como esta sean escuchadas y tengan peso en la toma de decisiones de algo sumamente delicado, sin considerar la participación de los técnicos, operadores, científicos, empresarios, académicos… todo este mundo de personas que se dedican a la minería en México.

Al respecto, me permito analizar este tema y para hacer más práctico mi planteamiento, puntualizaré mis comentarios:

  1. A la fecha, solamente una concesión minera en todo el territorio mexicano es viable económicamente para explotar litio en ella; esta es la concesión La Ventana, ubicada en el municipio de Bacadéhuachi, Sonora.
  2. Este yacimiento se descubrió hace 10 años por un geólogo mexicano. Se constituyó una empresa mexicana con la participación de inversión extranjera y hoy en día, la concesión es propiedad de Bacanora Lithium, a la cual se asoció recientemente Ganfeng Lithium, de China. No es un yacimiento recién descubierto y pese a eso, se podría considerar que México está entrando tarde en el escenario del litio. 
  3. Hay que considerar que el periodo de maduración del proyecto, su planeación y ejecución han representado enormes esfuerzos e inversiones durante más de una década, y de darse las condiciones adecuadas, el proyecto entraría en producción en el 2023. Por otra parte, no existen minas que produzcan litio en depósitos de arcillas como el de Bacadéhuachi, a diferencia de la explotación en salmueras, que representan cerca del 70% de la producción de litio en el mundo y que requieren un procesamiento mucho menos complicado.
  4. Imposible comparar el potencial petrolero que ha tenido México con el posible potencial del litio. Prueba de esto, es que con la libertad que aún se tiene para su búsqueda o exploración, y con toda la tecnología moderna y el expertise de geólogos mexicanos y extranjeros, son escasos los descubrimientos de este elemento de enormes aplicaciones en la vida moderna.
  5. El Gobierno Federal ha adjudicado para el Servicio Geológico Mexicano grandes extensiones territoriales con posibilidades de alojar litio, con la finalidad de explorar y en su momento encontrar y controlar futuros yacimientos del metal en México.
  6. Es una realidad que para poder realizar una auténtica exploración minera que conduzca a una evaluación y cubicación del yacimiento, se requiere de muchos recursos económicos que deberán salir del gasto público. Esto significa que el SGM requerirá de un enorme presupuesto para poder hacer una exploración técnicamente válida.
  7. Hay un gran ejemplo de fracaso muy similar al tema del litio: el uranio. Tal como lo sugiere el senador Armenta, hace muchos años se formó URAMEX para explorar, explotar y beneficiar el uranio. La paraestatal duró solamente cinco años y hubo necesidad de cerrarla. Por eso hasta la fecha no se puede explotar minerales radiactivos en México.
  8. Se podría asegurar que si estuviera permitido explotar uranio  en México, hoy existirían algunas  minas en el país, con sus respectivos aportes al desarrollo y economía nacional.
  9. En materia de litio estamos en pañales y ya queremos nacionalizarlo. Las empresas mineras de capital mexicano o extranjero tienen la técnica y conocen el camino para el financiamiento de un proyecto minero, que, si estuviera en manos del Gobierno, podría suponer fracasos y costosas investigaciones que se resentirían en los presupuestos públicos.
  10. Finalmente, el tema crucial y concluyente de este artículo: Los grandes errores técnico-políticos en la historia de México han sido definitivamente los que le restan competitividad a un gremio, a una actividad económica.

Que el Gobierno tenga la intención de producir litio está bien, pero que participe en el campo de batalla como una empresa más, como cualquier otro protagonista de este nuevo contexto productivo. No le quitemos competitividad a compañías mineras y miles de mexicanos capaces, con intenciones legítimas de participar en este reto de manera responsable y técnicamente viable. Libertad para producir, libertad para competir.

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